Durante años, el ciclo menstrual ha sido un tema poco abordado en el ámbito deportivo. La campeona olímpica de balonmano, Estelle Nze Minko, afirmó en la página web de la asociación Régles Élémentaires que, tras más de una decada compitiendo al más alto nivel, solo recientemente le preguntaron sobre su menstruación (Trosic, 2024). Subrayó que el ciclo menstrual no debería ser un tema tabú (Minko, 2020). Actualmente, se reconoce que comprender y manejar el ciclo menstrual puede tener un impacto significativo en el rendimiento deportivo de las atletas. Dado que las mujeres experimentan la menstruación aproximadamente una cuarta parte de cada mes, es fundamental abordar este tema de manera abierta y responsable.
Competir en diferentes fases del ciclo menstrual puede influir en el rendimiento de una atleta. Un ejemplo de ello es Dina Asher-Smith, quien sufrió calambres durante los 100 metros en el Campeonato Europeo de Atletismo, lo que la llevó a finalizar en última posición. Sin embargo, pocos días después, consiguió la medalla de plata en los 200 metros (Collazos & Murillo, 2023). Este cambio en su rendimiento en tan corto tiempo puede atribuirse a las fluctuaciones hormonales a lo largo del ciclo menstrual. Comprender estas fases puede ser clave para que las atletas optimicen su entrenamiento y desempeño en competencia de manera más eficiente.
La menstruación es comúnmente vista como una fase en la que el rendimiento físico de las atletas disminuye. Sin embargo, un estudio realizado por el Dr. Flaminia Ronca en el Instituto del Deporte, Ejercicio y Salud, en el que se evaluó a 241 mujeres mediante pruebas diseñadas para simular procesos cognitivos en deportes de equipo, reveló hallazgos importantes. Las pruebas midieron el tiempo de reacción, la atención, la precisión y la cognición espacial, con un intervalo de 14 días entre cada prueba. A pesar de que las participantes reportaron sentirse peor durante la menstruación y creyeron que su rendimiento sería inferior, en promedio, fueron un 12% más rápidas en tareas de manipulación de pelota y un 25% más eficientes en pruebas de anticipación. Estos resultados sugieren la necesidad de continuar investigando estos fenómenos (Foster, 2024). Además, hacer ejercicio durante la menstruación puede ser beneficioso, ya que promueve la producción de endorfinas, lo que reduce el dolor y mejora el estado de ánimo, potenciando incluso el rendimiento físico en algunas actividades (Ferrer, 2023).
La fase folicular, que ocurre entre los días 1 y 12 del ciclo menstrual, corresponde a la maduración de los folículos ováricos. Durante los primeros días de esta fase, los niveles de testosterona y estrógenos son bajos, lo que provoca el desprendimiento de las capas superficiales del endometrio, y como consecuencia la menstruación. Durante estos días se recomienda realizar ejercicios de baja intensidad. A medida que la fase avanza, los niveles de estrógenos aumentan, alcanzando su pico antes de la ovulación, alrededor del día 12. Esta es una etapa en la que las atletas pueden aprovechar para incrementar tanto la intensidad como la duración de sus entrenamientos, siendo el entrenamiento de alta intensidad por intervalos (HIIT) particularmente recomendado (Ferrer, 2023). La Dra. Eva Ferrer, especialista en medicina deportiva en el Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu, señala que el aumento en los niveles de estrógenos y relaxina puede incrementar la laxitud de los ligamentos, lo que eleva el riesgo de lesiones, especialmente en deportes como el fútbol.
La ovulación, que comienza alrededor del día 14, marca la liberación de un óvulo maduro y los días más fértiles del ciclo menstrual. Según la Dra. Ferrer, durante esta fase el rendimiento físico suele ser óptimo, lo que convierte a este periodo en un momento ideal para realizar entrenamientos de alta intensidad y participar en competencias. Después del día 14, los niveles de progesterona aumentan y los de estrógenos disminuyen. La progesterona es responsable de preparar el endometrio para la implantación de un embrión, facilitando así un embarazo seguro.
La fase lútea ocurre entre los días 16 y 28 del ciclo. Durante los días 16 al 24, el cuerpo presenta niveles elevados tanto de estrógenos como de progesterona, lo que puede mejorar la velocidad y resistencia de las atletas. Sin embargo, a medida que se acerca el final de esta fase, el aumento de progesterona puede causar síntomas como fatiga, retención de líquidos y alteraciones en el estado de ánimo, un conjunto de síntomas conocido como síndrome premenstrual (Ferrer, 2023). Durante esta etapa, se recomienda ajustar el entrenamiento para evitar sobrecargar el cuerpo, prestando atención a las señales físicas y adaptando la intensidad de los ejercicios en función del nivel de energía disponible.
Es importante mencionar que algunas atletas pueden sufrir de amenorrea hipotalámica, la ausencia de menstruación debido al estrés físico y bajos niveles de grasa corporal (Castroviejo, 2022). Esta condición puede afectar la salud ósea y aumentar el riesgo de fracturas, subrayando la importancia de monitorear y gestionar el ciclo menstrual.
El manejo adecuado del ciclo menstrual mediante una buena nutrición, descanso y ajustes en el entrenamiento puede optimizar el rendimiento deportivo y prevenir lesiones. Es esencial que las atletas reciban apoyo médico para comprender cómo su ciclo afecta su rendimiento de manera integral.
Autora: María Fernanda Aguiluz
Promotora de Salud
Centro Médico Estar Bien